"...siento que estoy desaprovechando mi tiempo, puedo aportar más, no reconocen mi trabajo, mi jefe se atribuye mis méritos, no me pagan lo adecuado, o simplemente ya no me gusta lo que hago, quiero/necesito cambiar de empresa, de sector o de profesión..."
Estos y otros pensamientos forma parte de los motivos por los que una persona se plantea un cambio profesional. Sean cuales sean, una vez que has tomado la decisión, tienes que pasarte a la acción.
Aquí resumiremos algunas claves si quieres "embarcarte en serio" en una transición hacia tu nuevo proyecto profesional. El primer paso es tener definido a dónde quieres ir, cual es el siguiente paso que te gustaría dar, y evaluar su dificultad para alcanzarlo.
Evaluar la dificultad requiere de un ejercicio de sinceridad y objetividad al 50%.
El primer paso es tener definido a dónde quieres ir
La dificultad será mayor, en cuanto más alejada esté tu meta. Que sea más difícil, solo quiere decir que necesitarás más preparación, y también afrontar mejor la incertidumbre y miedos del proceso de cambio.
Cuando ya sabes a dónde quieres ir (sector, tipo de empresa, características del proyecto...), necesitarás una pequeña investigación sobre qué requieren los perfiles que ya están en esa posición (conocimientos técnicos, soft skills, experiencia, etc).
Los resultados de esa investigación deberás contrastarlos con las herramientas con las que cuentas (tus conocimientos, habilidades y experiencia relacionadas), para poder hacer así una planificación sincera de lo que necesitas desarrollar para alcanzar tus metas.
También es importante que identifiques los obstáculos y miedos que es probable que ten encuentres en el proceso, y eso es uno de los principales retos de todo este ejercicio, porque tendemos a ocultar y no reconocer todo aquello que no nos gusta de nosotros mismos, nos genera miedo o creemos que no podemos superar.
No olvides buscar herramientas que te ayuden a superar los obstáculos y miedos que puedan surgir en el proceso
Con todo esto, podrás emprender un camino difícil, pero posible, hacia un futuro más próximo a tus deseos. Y, si ya estás en él, no está demás, revisar sus fundamentos.
¡Disfruta del camino!
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