Estamos en continua evolución, cada vez más rápida, en la que la tienda física (el local de la esquina), tal y como lo conocíamos, también ha acelerado su ritmo de cambio, con la ayuda inesperada de la pandemia:
Los grandes productos de consumo (alimentación, moda, tecnología, hogar o bricolaje) ya se habían concentrado en centros comerciales y grandes superficies, en manos grandes marcas que imprimen un ritmo feroz para el pequeño comerciante. Los comercios del barrio, especializados en un tipo de ropa o calzado, son ya muy escasos.
Los bancos están acabando de mudarse a "la nube", dejando miles de metros cuadrados libres en venta o en alquiler.
En los barrios menos comerciales, donde la vivienda también escasea, muchos locales se están trasformando en viviendas.
algunos tipos de negocio resisten el embate de esta "estandarización"
No obstante, algunos tipos de negocio resisten el embate de esta "estandarización": peluquerías, centros de estética, veterinarios, dentistas, instaladores, entre otros, permanecen abiertos en el barrio donde nacieron, sin que podamos afirmar que son ajenos a los intentos de masificación a través de grandes marcas, pero sí que cuentan con una ventaja: el valor añadido está en sus manos, no en un producto que pueda escalarse y fabricarse a un coste cada vez menor.
En el otro lado de la balanza, esos locales que se han vaciado, también se están empezando a llenar pero con otro tipo de negocios:
Por un lado, están bajando a pie de calle, aquellos que se suelen instalar en pisos, del tipo despachos de abogados o gestores de fincas, entre otros.
Por otro, los más grandes, se están reconvirtiendo en lugares de ocio franquiciados; panaderías, cafeterías, pastelerías, tiendas de bollería industrial que compiten entre sí por el croissant más barato.
Hay algunos que aprovechan la ola del momento, por un producto que se pone de moda durante un tiempo y, cuando la demanda baja, cierran a la espera de la siguiente.
Hay otros pocos que se arriesgan a llevar a cabo su idea en uno de esos locales, pequeños artesanos, restauradores, que combinan su negocio en la red, con la tienda física más tradicional.
En este punto, te pido un favor: detente un minuto y piensa en cómo ha evolucionado la fisonomía de tu calle, tu barrio o tu ciudad, ¿Qué negocios han cerrado? ¿Cuántos locales hay vacíos? ¿Qué han abierto últimamente?
Es muy probable que si vives en una ciudad con cierta actividad comercial, ya hayas identificado alguna, sino todas estas situaciones.
Poniendo la mirada hacia el futuro, el primer paso es tomar conciencia de esta espiral y hacerte las preguntas clave:
¿Qué esperar si continuamos creciendo en esta dirección? ¿Cómo contribuyo, y cómo quiero contribuir en el medio o largo plazo?
A partir de estas respuestas, y dependiendo tus circunstancias de partida, podrás decidir qué hacer para cambiarlas en la mejor dirección.
Por norma general, la elección más difícil de tomar, será la que te provea de mejores resultados a medio y largo plazo, y viceversa, la elección más fácil, posiblemente sea la más perjudicial para el medio/largo plazo.
Las circunstancias marcan, Sí, pero no podemos permitirnos el lujo que sean la excusa para todo.
Comenta tu experiencia y tu aprendizaje, inspirarás a otros y juntos creceremos. Gracias por habernos dedicado tu preciado tiempo. Espero leerte:
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