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¡Tengo una idea! ¿Por donde empiezo?
Es posible que tu instinto te esté diciendo que tienes la mejor idea del mundo. Si te fías de él, síguelo sin dudarlo. No obstante, tómate también tu tiempo para validarla y asegurarte que no te estás lanzando a una piscina sin agua. Comienza por preguntarte: Tu producto ¿qué problema soluciona?; ? ¿quiénes serán tus clientes? tu cliente ¿cómo lo está solucionando hoy?
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